lunes, mayo 26, 2008

Hombre de novela


A la tarde entro en la cocina y oigo a Ester quejarse de la novela mientras barre. “Sólo existen en las novelas; ¡ah!, por qué el mío no es así” Miro la tele y veo a un hombre –que se merece cada una de las letras-, diciendo cosas bonitas a una chica, a la vez que le cocina. Río mientras me alejo, oyendo la voz del h-o-m-b-r-e, mezclada con las quejas de la indignada Ester.
Les paso un link atrapante, de esos que cuando se entran, es difícil salir: http://www.chezmaya.com/applet/valentin.htm

jueves, mayo 08, 2008

El adiós


Oigo ladridos y pienso que está. Llego a casa y creo que va a venir, descaderándose, como estampida a mi encuentro. Hoy vino el cartero y, a cada paso que daba, miraba en todas direcciones. Estoy segura que se extrañó de no verla. Me siento en el jardín y el ruido de una hoja me hace creer que va a venir a poner la cabezota en mi regazo. Miro hacia la hoja y un pájaro revolotea al verme. Viene la desilusión.

domingo, mayo 04, 2008

Tipeo

Tengo ganas de algo, pero no sé de qué y mientras lo pienso, tipeo. Estoy subida a un banquito, presiono las teclas de la computadora que está sobre el mármol de la cocina. Cené carne a la pomarola con ensalada de lechuga, tomate y zanahoria. Bebí el vino que quedó del almuerzo. Terminé un reportaje. Mañana tengo que levantarme a las 4 y 40, caminar a la terminar de ómnibus y subir al ómnibus de 5 y 15 que va a Aiguá. Sé que tengo que escribir un correo. Mis padres se fugaron, Ale está en un cumpleaños y el resto está en Montevideo. Todavía no se me ocurre qué hacer. No tengo ganas de dormir. Me suelto el pelo, está largo. Entro en el sitio de Martínez Bojko y escucho Madeleine Peyroux y muevo los hombros, la cintura. Voy a apagar la computadora.

No pude subir una imagen que saqué a una pintura de Martínez Bojko, así que puse una de Zuloaga.

jueves, mayo 01, 2008

Cuentos

Leo un cuento de Carver en el que un hombre pone el mobiliario de su casa en el jardín. “Aquella mañana vació los armarios y todo lo que había en ellos estaba fuera de la casa...” Una pareja pregunta por el precio de la cama, el televisor, el escritorio. Leo y oigo a un tipo, sentado atrás de mí en el ómnibus, que habla por el celular con su mujer. Le pregunta si quiere acompañarlo para ver los muebles que vende “alguien”.
“-Pida lo que pida, ofrece diez dólares menos. Siempre es bueno-aconseja ella.”
“-Sí, pienso ofrecerle menos de lo que pida-responde el tipo, en el ómnibus, a la voz del celular”.En el siguiente cuento, un hombre sin manos llama a la puerta. Dejo de leer.