domingo, mayo 31, 2009

GIGANTE


Antes de entrar en la sala de cine donde se iba a inaugurar el Festival de cine de Punta del Este, una señora de más de sesenta años me confiesa que la deprimen las películas uruguayas.
El festival se inauguró con la exhibición de GIGANTE. Por primera vez se proyectó en el país donde se había concebido, luego de haber obtenido varios reconocimientos en festivales internacionales. GIGANTE trata sobre un muchachote de grandes dimensiones, corpulento, que oye heavy metal... y a pesar de los estereotipos es tímido y bueno. Se enamora. Conoce a la susodicha en el supermercado donde trabajan: él como guardia de seguridad y ella como limpiadora.
Las buenas actuaciones, en especial del protagonista y la historia sencilla, tierna y divertida, la convierten en una película que vale la pena conocer.
En la salida del cine, la señora me comentó con cierta irritación, que no le había desagradado tanto, a pensar de que "fue lenta y por momento aburrida". Salí del cine con la convicción de que al uruguayo le cuesta verse a sí mismo.

Ridiculeces


En la reunión de co-propietarios del edificio tuve que discutir sobre el cuadro de la entrada. Sí, así como leyeron. Una señora, que tiene mucho tiempo y poca ubicación, lo había descolgado porque le parecía “frío”. En su gusto estético no cabía una composición abstracta de figuras geométricas, pintadas con colores fuertes como el azul y el rojo.
No podía creer que se discutiera el valor de una pintura de composición armónica no muy distinta a las Mondrian, que concuerda con el lenguaje moderno del edificio. El sólo hecho de imaginarme una pintura de flores o perritos en la entrada del edificio, que además debía pagar, hizo que gastara una cantidad importante de palabras argumentativas. Tres personas mayores votaron para que lo cambiaran y cinco para que quedara (así de concurridas son las reuniones que asisto, sólo para evitar cosas como estas).
Esa discusión me hizo sentir en el siglo XIX, e igual de desconcertada y rabiosa que me siento cuando se juzga a una persona por la forma de la nariz, la incapacidad física, el color de piel, la opción sexual o sin ella. Ridículo. Muy ridículo.


Imagen: El cuadro de la entrada de edificio es hasta más lindo que este de Mondrian.

Miedo

Mi hermana menor cada vez que ve a alguien con “mala pinta”, cruza a la otra vereda. Se esconde el dinero, camina con miedo. El año pasado dos menores le pusieron un vidrio partido en el cuello.
Hace dos semanas un taxi en el que viajaba chocó por no frenar. Mi hermana se dio contra la mampara. Ahora le están sacando los puntos de la frente. El hematoma debajo del ojo desaparece, pero no el miedo a subirse a los taxis y salir a la calle.

Aislados a la fuerza

Rodrigo nació sordo. En el primer año sus padres se percataron de que emitía pocos sonidos. Confundidos, tiraban cacerolas al piso y producían toda clase de golpes sin que el bebé los advirtiera. A veces Rodrigo se daba vuelta. Percibía las vibraciones. Recién confirmaron su grado de sordera al año y siete meses. Durante unas vacaciones en Santa Lucía del Este, Roberto, el padre, fue a buscar los resultados de un audiograma y de un problema en la cadera del hijo. Entró por una puerta y le dijeron que debían operar con anestesia general la cadera, por una displasia, que le valió cinco meses con yeso en la cama. Entró por la otra puerta y le confirmaron que Rodrigo era sordo profundo. Aturdido, se subió al auto y llegó a Santa Lucía del Este sin saber si iba por avenida Italia o por la rambla.
"A partir de ahí teníamos dos opciones: rasgarnos las vestiduras y lamentarnos o investigar de qué trata la sordera". Roberto evoca ese momento, sentado en el living de su casa, con un cigarro en la mano, a punto de encender.

Continúa enhttp://www.elpais.com.uy/Suple/QuePasa/09/05/30/quepasa_419907.asp

miércoles, mayo 20, 2009

Sintomas del fracaso

El viernes pasado un alumno liceal preguntó a su profesora de Biología si el lunes no había clase por algún paro de los profesores.
La profesora de Biología tuvo que explicar que el 18 de mayo se conmemora la Batalla de las Piedras de 1811. Algo falla.

Foto: Pisaq, Perú.

miércoles, mayo 13, 2009

Periodismo ficcionado

Paso el vínculo de la crónica Una taza de té con Yiya, escrita por Leila Guerreiro (http://www.circulolateral.com/revista/revista/articulos/123_sinficc.htm). Le tomé cierto apreció a esta periodista argentina desde que me enteré que había estudiado Turismo porque creía que iba a viajar con esa profesión. Aparte de eso (que me recuerda cuando en el liceo yo pensaba abrir una agencia de viajes), cuenta bien sus historias.
Ahora, ¿una crónica de este tipo se publicaría en algún periódico o semanario nacional ? No creo.

P.D.: Escribir este tipo de crónicas puede llevar tiempo, pero es, sin dudas, el subgénero más disfrutable, lástima que aquí no se acepten.
P.D.2: Tomé la foto en el barco que nos transportó a la Isla del Sol en el Lago Titicaca, Bolivia.

lunes, mayo 11, 2009

Sorpresas



Momentos placenteros generalmente se disfrutan sin que uno se lo proponga. En la ruta hacia Cafayate descubrí este dique (de la foto), donde por supuesto, nadé como una rana en su charco. En el Lunarejo, aquí en Uruguay, sin planearlo hallé una piscina de piedra con una cascada, en la que también croé por un rato.

Atrás de un cerro en Pulmamarca encontré al fotógrafo francés Alex Perret, pueden apreciar sus fotografías aquí: http://www.alexperret.org/index.php

La reincidente


No puedo evitar rechazar los melosos coros pop o las melodías pegajosas de altos decibeles. Sí puedo, en cambio, disfrutar música como la de La pequeña orquesta reincidente. Tal vez ya la conocen por la película Whisky (que musicalizaron), o quizás (como me ocurrió a mí) un trotamundos (me encanta ese término, me da la sensación de que el susodicho corre saltando mundos) se los presentó en un hostal de Salta.

Les pasó dos vínculos para que la conozcan y evalúen si la incorporan a su universo musical-
http://www.youtube.com/watch?v=W62VJ5FxGO0
http://www.youtube.com/watch?v=bAhQysdAzqk&feature=related
Foto: Cafayate, Norte de Argentina. Es un valle entre montañas con cascadas, pintura rupestre, muchas bodegas y peñas nocturnas.

viernes, mayo 08, 2009

Regreso del otro ella


Volví.
No prometo actualizaciones diarias, ni siquiera semanales, sólo la intención de revivir este espacio que no he podido abandonar, tal vez por los años que lleva conmigo.
Volví.
Del viaje por Bolivia, Perú y por el norte de Argentina; recorrí unos cuantos pueblitos de Jujuy, Salta y Tucumán. Tuve que regresar cuando mis recursos económicos se agotaron. Llegué a Montevideo con 500 pesos, contenta de haberme empobrecido.
Volví.
Una de las razones por las que decidí retomar elotrokyo fue por Onetti. Hace bastante que no leía a los autores encumbrados y encasillados en el Boom Latinoamericano. Ahora disfruto como una niña con juguete nuevo con autores vivitos, que en este preciso momento escriben y escriben para deleite nuestro, pero ese será
tal vez, motivo de otra entrada. Hoy voy a referirme a ese ermitaño autor uruguayo que reapareció para mí en una de las mesas de la feria Tristán Narvaja. Allí encontré una recopilación de reflexiones de Onetti que habían sido publicadas en distintos medios. Agarré el libro -titulado Confesiones de un lector y editado por Alfaguara-, lo abrí en cualquier parte y leí la columna “Reflexiones de un discípulo”:

“En estos días, todo el mundo conoce, para olvidarlo muy pronto, tal vez por difícil, tal vez porque nunca hizo un gol en el campo de fútbol, a Alepoudiolis, Elytis.
Conocen el nombre y basta. Nunca lo leyeron ni lo leerán. Cuando esto se publique será universal el olvido el nombre extraño: Odyseus Elytis O Alepoudiolis. Está bien, esto le pasa por escribir poemas en lugar de hacer el Travolta o redactar crónicas deportivas. También es castigado con 20.000 por su tarea o por su entretenimiento o ese agarrarse con tozudez a la única tabla a flote que podía ser su diversión o si manera de salvar el alma en la marea creciente y sucia del mundo que nos rodea.”

Lo compré, sólo por esos dos párrafos que ni tan brillantes ni tan poéticos, me motivaron a volver a escribir aquí.
Foto: Camino a San Isidro, en Jujuy. Un pueblo encantador del norte de Argentina que no tiene carretera, se llega a pie por el río y por la montaña.