Turistas, speaking english, descienden del ómnibus para fotografiar la escultura de La Carreta de Belloni en el Parque Batlle y Ordóñez. Wonderful water, pregona, avispado, un vendedor de agua y de pop, mientras otro despliega postales del Palacio Legislativo, la rambla y la escultura de los bueyes que tiran de la carreta, el clásico medio de trasporte rural de siglos pasados.
A los cinco minutos el ómnibus ya está en marcha, al mismo tiempo que llega otro ómnibus repleto de mujeres sudafricanas.
Unos metros más adelante, el chirrido de las hamacas y el griterío de niños indican la proximidad a la zona de infantes. Grupos de niños corretean de un lado al otro, suben al tobogán y se retan entre ellos para pasar por el pasamanos.
Un pequeño, que muestra una mano para indicar su edad, se le rompe el chupetín cuando retira el envoltorio. El hermano, que no llega a los tres años, se saca el chupetín de la boca y se lo regala. Y se van corriendo atrás de Spider man.
El héroe arácnido, un disfrazado, que vende figuritas, es la sensación del parque. Un niño le pregunta si conoce a Batman y otro, le dice que él también lo tiene: se levanta el buzo y le muestra una remera del héroe -araña.
lunes, diciembre 17, 2007
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2 comentarios:
Ummm, ¡hormiguero con araña!
Había que ver la fascinación de los niños por el Spider man, y los hermanos, los hermanos… me entraron deseos de abrazarlos y de felicitar a los padres.
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