En la reunión de co-propietarios del edificio tuve que discutir sobre el cuadro de la entrada. Sí, así como leyeron. Una señora, que tiene mucho tiempo y poca ubicación, lo había descolgado porque le parecía “frío”. En su gusto estético no cabía una composición abstracta de figuras geométricas, pintadas con colores fuertes como el azul y el rojo.
No podía creer que se discutiera el valor de una pintura de composición armónica no muy distinta a las Mondrian, que concuerda con el lenguaje moderno del edificio. El sólo hecho de imaginarme una pintura de flores o perritos en la entrada del edificio, que además debía pagar, hizo que gastara una cantidad importante de palabras argumentativas. Tres personas mayores votaron para que lo cambiaran y cinco para que quedara (así de concurridas son las reuniones que asisto, sólo para evitar cosas como estas).
Esa discusión me hizo sentir en el siglo XIX, e igual de desconcertada y rabiosa que me siento cuando se juzga a una persona por la forma de la nariz, la incapacidad física, el color de piel, la opción sexual o sin ella. Ridículo. Muy ridículo.
No podía creer que se discutiera el valor de una pintura de composición armónica no muy distinta a las Mondrian, que concuerda con el lenguaje moderno del edificio. El sólo hecho de imaginarme una pintura de flores o perritos en la entrada del edificio, que además debía pagar, hizo que gastara una cantidad importante de palabras argumentativas. Tres personas mayores votaron para que lo cambiaran y cinco para que quedara (así de concurridas son las reuniones que asisto, sólo para evitar cosas como estas).
Esa discusión me hizo sentir en el siglo XIX, e igual de desconcertada y rabiosa que me siento cuando se juzga a una persona por la forma de la nariz, la incapacidad física, el color de piel, la opción sexual o sin ella. Ridículo. Muy ridículo.
Imagen: El cuadro de la entrada de edificio es hasta más lindo que este de Mondrian.
1 comentario:
Una conclusión salta a la vista luego de leer esta entrada: disponés de mucho tiempo libre.
Y una pregunta: ¿se puede juzgar a Mujica como político por la vestimenta?
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