jueves, agosto 21, 2008

Lo que conviene ver


After the wedding, aquí Después del casamiento me cautivó como hace mucho no lo lograba una película. Estuvo en cartel en el cine Casablanca de Montevideo, y ahora en cualquier dvd club. La película danesa mantiene la intriga de la trama hasta el final. Las intenciones parecen unas, y en el desarrollo se revelan otras. Los juegos con la cámara son muy efectivos para contar la historia: hay primerísimos planos de los ojos, la boca, las manos, además de cortes abruptos, y filmaciones con cámara al hombro, que consiguen mantener la tensión de la escena. Después del casamiento (2006) muestra la incapacidad del hombre para guiar la vida de otros, y la capacidad de éste para convertirse en un ser bueno, pero no trata de eso, sino del amor de un hombre a su familia.
Los personajes están muy bien logrados por cada uno de los actores. El director del orfanato en la India, en especial, me dio curiosidad por la parquedad en que expresa los sentimientos. Muestra el cuarenta por ciento de lo que siente y piensa, y lo que en un comienzo era curiosidad del personaje, me resultó insoportable. Al acercarme a alguien así, me ocurre lo mismo: cuando lo conozco un poco me parece que es de otra cultura, tan distinta a la mía. Por el contrario, la directora y guionista de la película, Susanne Bier, me encantó. La vi en una entrevista, y expresa de una manera tan honesta y natural, con el cuerpo y con las palabras, lo que es para ella el cine y su obra, que busqué otras de sus películas.
Recapitulando, muy recomendable.

miércoles, julio 30, 2008

Cita


Mientras unos anuncian la muerte de la literatura casi en complicidad con los bajos instintos de Bill Gates, Kapuscinski señaló: “Es una profecía absurda. Toda la historia consciente de la cultura humana empieza porque el primer hecho estaba escrito.” Kapuscinski nunca usó computadora y menos Internet. Para comunicarse con él había que escribirle una carta o enviarle un fax a su casa de Varsovia. Escribía sus libros a mano y no los corregía. Murió en 2007, a los 75 años de edad, en Varsovia.

martes, julio 29, 2008

Cintas atemporales


Películas en blanco y negro, escenarios de exteriores, estrellas de otros tiempos que vuelven a brillar con el eco de sus actuaciones en cintas que vemos en estas noches de invierno. Psicosis, Rebecca, La batalla de Midway, Sabrina, Rosa de Abolengo, Las sandalias del pescador, Matar a un Ruiseñor, Asesinato en el Orient Express, son algunas de las película que compramos en un Dvd club. Las vendía porque ocupaban mucho espacio en proporción a la poca demanda. En unos meses, la mayoría de los estrenos van a ocupar espacio, mientras éstos van a seguirse viendo.

lunes, julio 21, 2008

Un domingo de feria y de arte


Ayer, en el último día del veranillo de invierno recorrí la feria de Tristán Narvaja. Dos o tres veces por año me gusta caminar por esas coloridas calles que reúnen animales, verduras y frutas, libros, ropa, antigüedades y los objetos más extraños.
“Lleve perejil fresco”, pregonaba un niño y, una cuadra más adelante, la música de un saxo anulaba el resto de los sentidos. Seguí caminando, y me entretuve con fuentes y tazas de porcelana que una señora ofrecía en una mesa desmontable. Al lado, tres acordeonistas tocaban tangos en un restorancito. Allí almorcé: ravioles de ricota con salsa de puerro, agua mineral sin gas, panqueque de manzana con helado y café, por doscientos pesos.
Compré un sombrero que me queda ajustado, sin embargo en la primera ventisca, vuela.
Sin acoplarse, los sonidos fueron perdiéndose, y marché al MNAV (Museo Nacional de Artes Visuales) del Parque Rodó. Hay una exposición itinerante de Miró y de Fonseca. Miró fue un pintor con suerte: trazaba una raya en un lienzo o en un pedazo de cartón y, sólo con firmarlo, lo vendía por una buena suma de dinero, y ¡todavía lo logra!
Fonseca, constructivista, discípulo de Torres García, recorre el mundo y plasma sus impresiones de los países que visita con una paleta opaca y con palabras como “il gelateria”. Me gustó un cuadro de pequeñas dimensiones donde da su visión del hombre y la mujer: el hombre era puras rayas y la mujer puras curvas.
El museo lleno. Los adultos acercaban sus lentes a los puntos y rayas de Miró, mientras los niños correteaban de una punta a la otra. Un niño, subido en los hombros del padre, miraba las rayas con una mueca de desagrado; los niños son tan sabios.

martes, julio 15, 2008

Gigantes viajeras


El mar sereno recibe la ballena franca, que se hunden y juegan entre sí, ante la mirada de los curiosos. Se la puede apreciar desde la costa a escasos metros y oír los soplidos con que emiten vapor cuando respira en la superficie. En estos días de "verano", la ballena franca de carácter apacible aprovecha la protección natural de la bahía de Maldonado para aparearse y parir, antes de continuar su camino al sur. Se alimenta en los mares antárticos durante el verano, y cuando progresa la banquisa polar va hacia el norte.
Llega a medir hasta dieciocho metros de largo y pesar entre cuarenta y sesenta toneladas, y se distingue entre otras por las callosidades claras en la parte superior de la cabeza y por carecer de aleta dorsal. Se la puede apreciar desde la costa a escasos metros y oír los soplidos con que emiten vapor cuando respira en la superficie. Otra característica: no tiene dientes, sino barbas con las que barre el alimento. Llega a comer trescientos kilos de krill por hora, para mantenerse a lo largo de su recorrido.
La caza de ballenas fue la principal actividad productiva en la zona, desde la última década del siglo XVIII hasta la cuarta década del XIX. Arponeaban las ballenas desde lanchas balleneras, dentro de la bahía de Maldonado y en las aguas cercanas a la costa, lo que permitía luego remolcarlas hasta la playa de la Isla Gorriti. Allí, las destazaban y derretían su grasa para obtener el aceite que se utilizaba para iluminar las casas y las ciudades, para jabones de perfumería y para engrasar los cordajes de las velas de los barcos. El nombre de ballena “franca” proviene del hecho de que por ser una nadadora lenta facilitaba su arponeo. Desde 1803, una ballena en un mar agitado y un ancla son los símbolos que ostenta el escudo de Maldonado.