Uno de los mayores placeres es sentir como el agua recorre el cuerpo, caliente en invierno y fría en verano. Relaja.
No hay estado más libre del cuerpo que en el agua. Puede moverse como quiere, zambullirse y nadar hasta que los pulmones lo permitan.
Es imposible pensar en la vida sin agua.
viernes, julio 13, 2007
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