Cuando la madre le pasaba el peine fino, la hija de cinco años suplicó:
-¡Porfi, una vez nada más!
La madre encontró un piojo enorme y se lo mostró:
-Mira qué grande.
-Déjalo, es mío- pidió la nena-. Él es mi amigo, mamá.
-No, tengo que matarlo -explicó la mujer.
Y mientras estaba en eso, la nena se ufanó:-¿Viste qué fuertes que son? No los mata nada porque se comen mi cerebro... ¡Están sanitos!
viernes, noviembre 09, 2007
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4 comentarios:
Mirá si te pasa a vos, con el peine fino te morís! jej
Pasé por eso. Los míos eran hiper fuertes, boxeaban y todo.
La madre de la nena también los tuvo, los teníamos las dos. Qué tiempos aquellos.
Colegio privado, público, todos, invadidos por los piojos.
Me ha encantado, esa ni�a promete.
Muy buenos los retazos de cuentos. Y me encantaron las fotos de PdelE algunos posts más abajo... que haya más!
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