Un paisaje serrano y tranquilo, donde impera la naturaleza, se disfruta en Aiguá, al norte de Maldonado. Ya desde la ruta interbalnearia- la 39- la mirada se pierde en las sierras que se juntan en el horizonte.
En Aiguá se realiza la tradicional Fiesta del Jabalí, en la que los aficionados de la caza desafían a la suerte. Es común ver pieles de jabalíes, que se muestran como trofeos, colgando en alambrados sobre las carreteras.
En Aiguá se realiza la tradicional Fiesta del Jabalí, en la que los aficionados de la caza desafían a la suerte. Es común ver pieles de jabalíes, que se muestran como trofeos, colgando en alambrados sobre las carreteras.
Por la ruta 13, de balasto, en el kilómetro 188, se encuentran las Grutas de Salamanca. Una angosta senda de piedra, a través de una galería de helechos y arbustos silvestres, guiará hasta la cima, desde donde se divisa la inmensidad del valle. Las grutas, producto de la erosión subterránea, están rodeadas de árboles como la envira, el canelón, la aruera, la caroba, el guayabo, la coronilla y hasta el limonero; y entre los animales que la pueblan hay mulitas, guazubirás, zorros, tatúes y liebres. Dentro de la gruta se oyen los estridentes sonidos de los murciélagos. La especie Desmodus Rotundus o vampiro común es la principal habitante de las grutas. Este murciélago, robusto, se caracteriza por tener los incisivos superiores más grandes y afilados.
A través de las grietas de las grutas impregnadas de moho, se filtra agua limpia y transparente. La mayor parte de las grutas abarca un área superior a los mil metros cuadrados y está asociada a la legendaria trayectoria de un bandido llamado Lemos.
Según cuenta la leyenda, el matrero escondía los botines de los saqueos de estancias en las grutas. Se dice que al fondo de la cueva principal - llamada "El Salón"– y sobre la derecha, era la guarida de Lemos, con paredes socavadas en pequeños nichos naturales, morada de numerosas colonias de murciélagos. El matrero quedó herido en el último enfrentamiento con la autoridad. Se desconoce el final que tuvo su vida, aunque sigue viva la creencia popular de que el tesoro de Lemos se encuentra allí, intacto, protegido por la vegetación enmarañada de Salamanca.
Quienes quieran disfrutar más de una jornada en la gruta, tienen un espacio para acampar, un parador y baños.
A través de las grietas de las grutas impregnadas de moho, se filtra agua limpia y transparente. La mayor parte de las grutas abarca un área superior a los mil metros cuadrados y está asociada a la legendaria trayectoria de un bandido llamado Lemos.
Según cuenta la leyenda, el matrero escondía los botines de los saqueos de estancias en las grutas. Se dice que al fondo de la cueva principal - llamada "El Salón"– y sobre la derecha, era la guarida de Lemos, con paredes socavadas en pequeños nichos naturales, morada de numerosas colonias de murciélagos. El matrero quedó herido en el último enfrentamiento con la autoridad. Se desconoce el final que tuvo su vida, aunque sigue viva la creencia popular de que el tesoro de Lemos se encuentra allí, intacto, protegido por la vegetación enmarañada de Salamanca.
Quienes quieran disfrutar más de una jornada en la gruta, tienen un espacio para acampar, un parador y baños.
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