miércoles, octubre 04, 2006

Variante del agua

Hace dos horas, tres minutos y treinta y dos, tres, cuatro, cinco segundos con cuatro milésimas de segundo que no tomo té. Esta confesión amerita aplausos. El té es una adicción sagrada en el desayuno y después del almuerzo, opcional, a la tarde y a la noche. Si bien, muchas veces, te seca la boca en vez de saciar la sed, su aroma despierta los sentidos y atrapa. El mejor es el clásico de Lipton aunque siempre está bien experimentar otros gustos y marcas. Según cuenta la leyenda, hace unos 5000 años unas hojas de té, arrastradas por el viento, cayeron en una taza de agua caliente que tenía entre las manos el mítico emperador chino Shen Nung. El soberano declaró que la infusión resultante era considerablemente mejor que el agua.
No sé si mejor, pero infaltable en una noche lluviosa como esta.

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