Micaela es una beba de menos de un mes. Sus primeras orinas tenían sustancias de pasta base. El nombre se lo pusieron dos cuidadoras del centro 4 del INAU. Ambas estaban contentas, creían que la beba iba a “salir” rápido. Pero no. Las cuatrocientas parejas que esperan adoptar un bebé en Uruguay van a tener que seguir esperando, porque el posible padre biológico está reclamando la paternidad. La cuidadora, corpulenta y con voz autoritaria, cree que el padre la quiere para vender, mientras la otra cuidadora más conversadora, comenta que con esa incertidumbre la beba va a estar un buen tiempo con ellas. Las dos se encargan de los niños de cero a dos años.
De los cuatro debes que duermen en las cunas, ninguno se puede adoptar y de los que juegan en el piso, sólo esperan ser adoptados una pareja de gemelos negros de más de un año y Valentina, una nena de ojazos negros que siempre está sonriente. El problema es que la mayoría de las parejas que quieren adoptar, buscan sustituir el hijo que no pueden tener, por lo que esperan bebés recién nacidos y del mismo color de piel que ellos.
Algunos de los bebés caminan, otros gatean. Estiran las manos para que los upes, te alcanzan los chiches babeados para que juegues con ellos, y hasta los más inquietos se tranquilizan cuando los acunan en los brazos. No saben hablar, pero al llamar, balbucean mamá o mami, porque quienes le dan de comer, cambian los pañales, bañan y cuidan son sus referentes. Para ser padre no se necesita tener el mismo color de piel.
Algunos de los bebés caminan, otros gatean. Estiran las manos para que los upes, te alcanzan los chiches babeados para que juegues con ellos, y hasta los más inquietos se tranquilizan cuando los acunan en los brazos. No saben hablar, pero al llamar, balbucean mamá o mami, porque quienes le dan de comer, cambian los pañales, bañan y cuidan son sus referentes. Para ser padre no se necesita tener el mismo color de piel.
La mayoría de los bebés están por maltrato o porque la familia no tiene las condiciones mínimas y necesarias como vivienda, alimentos y vestimenta. Pero mientras que los familiares mantienen los vínculos con los niños, estos crecen yendo de un orfanato a otro.
3 comentarios:
que... tierno? es terrible, pero sigue siendo tierno.
¡Dios mío! Las tres primeras líneas...
Sí terrible. Si vieras a la beba, es tranquila y observadora, y tan, tan chiquitita...
También es cierto que hay padres biológicos que tienen derecho a que no les quiten la patria potestad. Algunos, la minoría, realmente no pueden alimentarlos, no tienen un techo ni de lata, pero los van a visitar. Pero los bebés crecen como paquetes, carentes de cariño.
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