Ayer visité a Violeta, una amiga que el corazón le está jugando una mala pasada: una arteria tapada. No esperaba esa noticia. Caminé y caminé y me perdí en los pensamientos. Las piernas caminaban y los pensamientos iba de aquí para allá.
Hoy tuve que hacer un trámite encomendado en Ciudad Vieja. Caminé hasta allí. Encontré a Pablo, un conocido argentino que buscaba donde comer. Caminamos. Él se fue a comer y yo a comprar un timbre profesional. Y sí, fueron más de tres pasos.
Hoy tuve que hacer un trámite encomendado en Ciudad Vieja. Caminé hasta allí. Encontré a Pablo, un conocido argentino que buscaba donde comer. Caminamos. Él se fue a comer y yo a comprar un timbre profesional. Y sí, fueron más de tres pasos.
2 comentarios:
Cuando se empieza con los pasos, no se puede parar...
No, no se puede.
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