jueves, enero 17, 2008
La que nunca debería existir
La duda suele ser mezquina e inquisidora, taladra la cabeza con tan intensidad que no da cabida a otros pensamientos. La incertidumbre lleva a buscar respuesta hasta en la duda metódica de Descartes o la duda kanteana como si una receta con pasos puedan darme una solución. Busco pros y contras, pienso en lo que realmente me va a servir y vuelvo a revisar mis opciones. Una amiga insiste e insiste para que realice el proyecto documental con ella. Tentador, pero ¿y lo demás? Maldonado, un departamento por explotar o temas reporteados que me interese inmiscuirme. No sé, no sé, y de vuelta la dubitación. El tiempo discurre y los plazos se acercan, y nada.
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