
Aunque escapara, sabía que llegaría el día en el que debía digerir una pila abrumadora de teorías estratégicas de las empresas holísticas que buscan un rédito de todos sus outputs. Ese día llegó y de manera instantánea, me adormeció. Nada de lo que hice después pudo despertarme de ese letargo. Y así me mantengo en ese estado de sopor que varía con leves inyecciones de estímulo.
2 comentarios:
Más chocolate, más chocolate...
No me animé con chocolate, pero podría haber sido.
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