jueves, agosto 16, 2007

Expresiones

Carga los ochenta y cinco años con una sutil joroba que sobresale por sus huesos pegados contra la piel. Me clava la mirada con la cabeza pegada a los hombros encorvados.“Mi madre era muy anticuada, me decía: es tan, tan buen chico, lástima que sea divorciado. Nosotras somos de otra época, pensamos distinto.”Rasga sus ojos saltones como una gata que suplica por entrar en la casa. Mantiene esa expresión, por unos segundos, buscando complicidad en mis ojos. Debería existir un baúl donde conservar gestos y expresiones memorables. Me contengo para no reír. Toma un sorbo de té con delicadeza. Su compañero del colegio Alemán le pasa el jugo de naranja y le dice en alemán que no lo puede tomar. Ella, a su vez, me lo pasa a mí. Lo vacío, el ambiente es sofocante. Me cuenta de las playas de Puerto Rico. ¡Ah!, porque apenas murió su madre, se casó con el tan, tan buen chico. Ella tocaba el arpa y el era director de orquesta. Puerto Rico fue uno de los primeros destinos donde los contrataron para tocar en orquestas.

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