Unos, pensaron que era un nuevo timbre de celular, otros, creyeron, en un soplo alucinógeno, que era un tren ,y hasta hubo quienes lo confundieron con la banda sonora de un western. Pero no, todos estábamos equivocados. Reímos como si fuera una travesura infantil, que ese extraño sonido se colara entre la solemne disertación de apelaciones y casaciones.
Era el viento.
P.d.: Hoy las paredes incomodan y la comida se traga. Hoy me desperté en una mañana veraniega de Punta del Este. Hoy me resigno ante la indiferencia.
martes, setiembre 04, 2007
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2 comentarios:
¿Una mañana de verano en invierno? Más que resignación, eso debe provocar la risa y la aparición de ballenas boya en Punta del Este.
Ríete malo, riele. Es lo que provocan los alucinógenos.
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