viernes, marzo 28, 2008

Burocracia

Después de dos años de trámites, Sol está en condiciones de ser adoptada. Con cuatro años, es la niña más antigua del hogar. Le gusta mirar las imágenes de los libros, acurrucarse contra la persona que le lee los cuentos y cerrarlos, diciendo: “Colorín colorado, este cuento se ha acabado.”

La policía encontró a Sol fuera de una estación de servicio, con un año y medio, mientras la madre se prostituía, adentro. El padre, declarado incapaz, nunca tuvo la tenencia. Recién, después de dos años, va a salir la resolución que posibilita que Sol forme parte de una familia. Tardó ese tiempo, a pesar de que los padres no la hayan ido a visitar ni una vez, porque si lo hubieran hecho, es posible que su abandono fuera para siempre.

La historia de Sol no termina ahí. Se le quiere retrasar la salida de la resolución para que salga al mismo momento que la del hermano, de unos pocos meses.

martes, marzo 18, 2008

“¿Inveno o veano?”

“Qué calor”, exclama un niño cuando el semáforo en rojo lo hace detenerse en la esquina de Bvar. Artigas. Agarrado al borde de la remera de la madre, quiere saber: “¿Estamos en veano o en inveno?” La madre, que reacomoda a un bebé en el cochecito, le suelta: “En invierno”. El niño replica, haciendo revolotear el brazo libre, mientras cruzan la calle: “Ayer llovió, hoy hace calor, ¿inveno?”

Comienzo de clases

El viernes de la semana pasada, una mujer corría junto a sus hijos para alcanzar el ómnibus. Los uniformes escolares de los tres niños, impolutos, se adherían a sus cuerpos al correr. Pasaron junto a un niño que de altura llegaba hasta la cintura del padre y que caminaba esquivando baldosas flojas y evitando la llovizna con un paraguas a su medida. El padre lo guiaba sin esquivar nada.

En el ómnibus, una mujer apretaba contra su pecho una bolsa repleta de cuadernolas, hojas de doble raya y hojas de garbanzo, que sobresalían. La mujer, sentada en el asiento de lisiados junto a su hija, lucía risueña. Vestía con vaqueros gastados y con una blusa celeste desteñida por el uso. Sonriente, al contrario de su hija, sostenía los nuevos útiles contra el pecho. En el ómnibus se oían las promociones radiales de celulares por la vuelta a clases.

Un niño se sentó donde estaba la mujer con las bolsas de los útiles. Su expresión pícara no concordaba con el pulcro uniforme escolar que vestía: la túnica blanca con una moña bien armada y alpargatas naranjas relucientes.
Este viernes lo volví a ver en el ómnibus con la misma expresión traviesa y con los puños de la túnica que requerían una buena lavada, la moña deshilachada y las alpargatas negras.


Empezaron las clases para niños y para padres, así parece, a pesar de la resistencia en algunas escuelas.

¿Darías un riñón a tu mujer?

Una en diez mil es la probabilidad de que una persona no consanguínea tenga un riñón compatible. Y la posibilidad de que el donante sea el marido, debe de ser una cada diez millones. El sábado, a una mujer en Maldonado le trasplantaron un riñón del marido; su cuerpo no rechazó el órgano; tienen tejidos compatibles.
-¿Ustedes sacrificarían un riñón por alguna de sus mujeres?, pregunta un médico a otros dos.
Rieron como respuesta los otros médicos, dos veces divorciados.

domingo, marzo 02, 2008

Repugnancia

Hay seres que no merecen la vida. El diario de hoy muestra casos de pedofilia infantil en los chat. Trastornados que pervierten a niñas que recién están cambiando el cuerpo. Niñas que no saben lo que les quitan, niñas como la que tenía enfrente que le preguntaba a la madre si le podía comprar un helado, mientras leía el diario.