sábado, agosto 01, 2009

Pastillas peligrosas

Hace dos años que Viviana necesita sedantes para dormir. El año pasado intentó suicidarse con un cóctel de psicofármacos. Hoy sigue rehusándose a consultar a un psiquiatra. Viviana consigue estos psicotrópicos, que requieren la prescripción de un médico para adquirirse, con los médicos generales a quienes les argumenta que hace tiempo se medica con ellos. Los psicofármacos cuestan un poco más de 100 pesos.
"En Uruguay, la tolerancia social al abuso de psicofármacos es muy alta y la automedicación es muy importante. De esta forma, pese a las disposiciones vigentes, existe tolerancia y por ende disponibilidad de estas sustancias fuera de control médico", afirma la Junta Nacional de Drogas (JND) y la Cátedra de Psiquiatría de la Facultad de Medicina, en el informe de la investigación sobre el consumo de drogas en la emergencia del Hospital Pasteur.
El Centro de Información y Asesoramiento Toxicológico del Hospital de Clínicas (Ciat) sostiene que hubo 2.316 consultas por intoxicaciones con psicofármacos de marzo de 2007 a marzo de 2008. Entre ellas, 167 fueron por antidepresivos, 153 por hipnóticos, 1.084 por tranquilizantes y sedantes, y 683 debido a la mezcla de psicofármacos. El Ciat asegura que las mayores intoxicaciones agudas ocurren con las benzodiacepinas.

"Estos son sedantes que generan dependencia psíquica y física", explica la toxicóloga de la JND, Cecilia Dell´Acqua, y añade que también desarrollan tolerancia. "Trabajo en la policlínica de drogas del Hospital Policial y atiendo casos con síndrome de abstinencia en los que esas drogas son muy difíciles de sustituir, ya que no se puede vivir sin tomarlos", explicó. Los tranquilizantes más conocidos son el Diazepam, el Alprazolam, el Lorazepam, el Clonazepam, el Bromazepam.
Según la última Encuesta Nacional de Hogares sobre el consumo de drogas ejecutada por el Observatorio Uruguayo de Drogas (OUD), el 22% de los uruguayos ha consumido tranquilizantes (19%), hipnóticos (3,2%) y antidepresivos (7,4%) alguna vez en la vida. Sólo el 33% los prescribe un psiquiatra. La mitad los receta el médico general, y el 16, 6% otros especialistas.

"No se puede prohibir a los médicos generales que prescriban psicofármacos, porque hay muchas personas que se rehusan a ir al psiquiatra. El médico general tiene que poder ayudar a los pacientes, por eso se debe capacitarlo para que logre diagnosticar certeramente. Para ello es imprescindible que las consultas en policlínicas duren 20 minutos, por lo menos", sostiene la profesora agregada de la Clínica Psiquiátrica de la Facultad de Medicina, Stella Bocchino.
La toxicóloga Dell´Acqua, por el contrario, opina que sólo los psiquiatras deberían prescribirlos. "El médico general muchas veces receta lo que le pide el paciente sin un diagnóstico fehaciente y puede indicar psicofármacos que no son los adecuados".
Como Viviana, otros no consultan al psiquiatra, que los médicos generales siguen recetando tranquilizantes. "La gente teme más a los efectos de los antidepresivos que al de los tranquilizantes", apunta Bocchino, y explica que los sedantes desarrollan tolerancia y pueden generar adicción, así como aumentar el apetito y afectar la memoria a largo plazo. Los antidepresivos, por el contrario, no provocan adicción, y algunos sedan, aunque pueden afectar la vida sexual. El 27% de los consumidores de tranquilizantes los consiguen en la casa y un 8,3%, a través de un amigo, según datos de la encuesta sobre el consumo de drogas.


Para seguir leyendo:
http://www.elpais.com.uy/Suple/QuePasa/09/08/01/quepasa_432825.asp

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