martes, enero 19, 2010

Hervor cuasi-omnipresente



La lluvia de hoy es una ducha fría que refresca la piel caliente. Las plantas se agitan saciadas, luego de días secos de tierra dura y de incesar afilo de las chicharras.
La lluvia aparece sin aviso, con un torbellino de viento que deja alborotados los arbustos e inundadas las veredas. Y con la misma furia que sorprende, desaparece.
Ahora, sentada en el comedor de casa, oigo la turbina de viento con la confortable sensación de que da una tregua el hervor cuasi-omnipresente de este verano.

Foto de la ruta a Cafayate en el norte de Argentina, otro momento vaporizante.

No hay comentarios.: