
“En cada nacimiento se encuentra la luz de Dios”, dijo un niño de unos 7 años en el pesebre viviente del pasado domingo y no quedó mujer sin que se le iluminaron los ojos, desde la más erguida hasta la que cargaba un bebé en brazos.
Josefina salta encima de una gaviota y vuelve con la cola en alza. Ya tengo calor me voy al agua, José quédate acá. Ni bolilla, se tiró al agua.
P.d: La beba de Valeria nació con 3k 800 y la llamó Zoe.
P.d2: Ahora, en el jardín de casa, a unos metros, un ave de rapiña se está comiendo a una mariposa amarilla y negra, mientras José con 16 k, se entretiene comiendo las moscas que atrapa, sentada a mi lado.
P.d3: Me olvidé de Ama, lleva seis meses.