martes, octubre 31, 2006

Cronopios, Famas y Anécdota

En Historias de Cronopios y de Famas, Julio Cortázar escribió un texto sobre la conservación de los recuerdos. En él decía que los famas conservan sus recuerdos envolviéndolos en sábanas negras y colocándolos contra las paredes de la sala con carteles que dicen Excursión a Quilmes o Frank Sinatra. En cambio los cronopios, también según Cortázar, "dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: No vayas a lastimarte, y también Cuidado con los escalones". Por eso, las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras que en las de los cronopios hay una gran bulla y puertas que golpean.

Anécdota
"Hacia mil novecientos cuarenta y tantos, yo era secretario de redacción de una revista literaria, más o menos secreta. Una tarde, una tarde como las otras, un muchacho muy alto, cuyos rasgos no puedo recobrar, me trajo un cuento manuscrito. No recuerdo su cara; la ceguera es cómplice del olvido. Le dije que volviera a los diez días y que le daría mi parecer. Volvió a la semana. Le dije que su cuento me gustaba y que ya había sido entregado a la imprenta. Poco después, Julio Cortázar leyó en letras de molde Casa tomada con dos ilustraciones a lápiz de Norah Borges. Pasaron los años y me confió una noche, en París, que ésa había sido su primera publicación. Me honra haber sido su instrumento. "
Jorge Luís Borges Buenos Aires, 1984

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