miércoles, marzo 14, 2007

¡Pica!


Los cascarudos abandonaron la ciudad rochense por las playas glamurosas de la costa uruguaya. Cansados de los incomprensibles hippies chic que pululan las playas rochenses, ofendidos por el ataque de los insecticidas y celosos del protagonismo robado por la visita del dengue imperialista, decidieron tomarse licencia de la conquista a las tierras tuteantes y descansar en las playas de Punta. Los coleópteros sufrieron cuantiosas bajas entre sus compañeros de casco negro. Se puede observar a los sobrevivientes en la orilla del mar, desestresándose y bronceando su caparazón al sol.
Especialistas en los comportamientos cascarudenses opinan que la presencia de estos insectos en las playas puntaesteñas responde a una decisión colectiva de suicidarse con glamour, debida a los intensos días de tormenta que azotaron estas costas perdidas de América del Sur. Los cascarudos avanzan en procesión hacia el mar, las olas los arrastran hasta la orilla y quedan patas arriba. En torpes movimientos, vuelven a poner sus patas en la arena y retoman su trágico designio. Los supervivientes, frustrados por su incapacidad de suicidarse, se embriagan por las noches con monóxido de carbono bajo el alumbrado público de la rambla, junto a las estaciones de servicio.
Los únicos que se compadecen de estos insectos son la plaga oriunda de las mismas tierra brasileñas: los pastores de Pare de sufrir. Estos portuñol-hablantes creen en la teoría del suicidio colectivo y no en la de la juerga vacacional, por lo que apoyan a sus hermanos. Les extendieron un gran manto de descarga con pequeñas bombillas amarillas, con el fin de exorcizarlos de sus demonios. Los pastores no quieren competidores en su afán expansionista de la fe; temen las secretas intenciones de los escarabajos. Los dirigentes de Pare de sufrir encontraron en un sitio web (zona mística.com) que los escarabajos entre 2055 y el 1650 AC, en Egipto representaban un dios solar y creador y no fuera cosa que implantaran un nuevo culto: el del escarabajo.
Altos jerarcas militares de Uruguay revelaron una posible nueva invasión de cascarudos. Según informan los jerarcas, llegará en estos días, con acciones más violentas: pretenden vencer en número, cansar con su molesta presencia y zumbido, e introducirse en los orificios nasales y auditivos de los humanos.
Nadie sabe qué es lo que quieren o qué los atrae. La cuestión queda planteada: ¿padecer o combatir? ¿Conviviremos con los cascarudos, o viviremos a oscuras? Por lo pronto, los padres descansan de sus hijos, que se entretienen contando escarabajos. Pica.

P.d.:
Los escarabajos pasan, pero los mosquitos de patas finas son intolerables, es el único ser vivo que no siento lástima en aplastar, si me pican, sino los alejo. ¡Cómo pican los desgraciados! Estos mosquitos lograron tal protagonismo que ya no se habla de otra cosa y las góndolas con los insecticidas se vacían. Otra plaga.

1 comentario:

eresfea dijo...

Dos cascarudos de un tiro.